¿Qué se esconde en el interior de El Abad?
Una novela que no dejará indiferente al lector. Esconde el misterio que tuvo lugar hace más de 300 años en el interior de la Abadía de Seixas. Lo que ocurrió detrás de sus muros y que nadie ha contado jamás.
¿Qué tres adjetivos la describen mejor?
Dinámica, Intrigante e imprevisible.
¿Cómo ha sido el trabajo de documentación?
Es una obra basada en la Regla de San Benito, ambientada a finales del siglo XVII y primeros del XVIII, que tiene como foco principal una Abadía localizada en el interior de Galicia. Empaparse de esto solo requiere tiempo, porque vivimos en la era de la comunicación, con toda la información al alcance de la mano. Quizás lo más complejo ha sido unirlo todo en un único escenario. Hay que entender también que, como cualquier novela, cualquier parecido con la realidad puede ser casualidad, o no.
Estamos ante una novela que viene cargada de buenas dosis de intriga.
¿Cómo te las ingenias para mantener el nivel de suspense a lo largo de toda la trauma?
Creo que el mérito está en la figura del personaje principal, el Abad, con una personalidad compleja y con un trasfondo intrigante que da mucho juego a lo largo de toda la novela. He intentado que la trama tenga un movimiento constante pero sin avanzar demasiado, generando intriga y suspense. Me encantan las novelas que te inducen a seguir leyendo y en las que tú mismo deseas un determinado final pero que te seducen con otro que ni te habías planteado.
¿En qué momento sentiste la necesidad de escribir está historia?
Siempre me han gustado los libros antiguos, los de verdad, porque están rodeados de misterio. Recuerdo el arrebato de locura, hace ya unos cuantos años, hojeando uno de ellos, hizo que en menos de un mes tuviese unos 15 capítulos escritos. A partir de ahí la novela quedó guardada en un cajón, olvidada hasta hace poco más de un año que volví a recuperarla. Creo que soy esclavo de las musas, que van y vienen según les place.
¿Quiénes fueron los primeros en leerla?
Mi mujer y mis hijos. Los mejores críticos de todos, los más exigentes. Cada uno de ellos ha contribuido, a su manera, a mejorarla.
Y después de El Abad, ¿con qué esperas sorprendernos?
Para mí, escribir o pintar, es una forma de liberación mental, un refugio del estrés del trabajo. Últimamente tengo alguna musa ronroneando en mi cabeza y cuando la escucho me habla de la guerra de la independencia española.